Los hábitos se construyen en estas edades tempranas y debemos ser constantes y coherentes.
La alimentación es una parte fundamental en la salud de todo ser vivo y así debe entenderlo el cachorro desde el principio. No hay que dejar lugar a la duda, nosotros decidimos qué, dónde y cuándo come el cachorro.
Si no lo hacemos así, tendremos problemas futuros con total seguridad, no sólo con su alimentación, también en otras parcelas de su comportamiento.