Jugar con tu cachorro es del todo imprescindible para su salud emocional y su desarrollo intelectual.
Estimulamos física y mentalmente sus cualidades naturales y evitamos que sea un adulto aburrido, inactivo y con patologías derivadas de la falta de juego y movimiento.
Podemos utilizar cualquier pelota, muñeco, juguete intelectual, las propias manos, una actividad deportiva, etc…, lo que sea con tal de que nuestro perro mantenga su cuerpo y su mente activa, y satisfaga su necesidad de pertenecer a un grupo social, su manada. Debe aprender a jugar solo, con otros perros y con nosotros.
Posteriormente el juego puede convertirse en un premio cuando tú lo decidas y ese poder para empezarlo y acabarlo consolidará tu estatus en su escala jerárquica.