Los principales peces de cardumen son los caracidos, y entre ellos destacan los conocidos como tetras. Los tetras, una denominación genérica que cubre decenas de especies, actúan siempre en cardumen, lo que tiene una doble consecuencia. De una parte cualquier ejemplar en solitario perecerá sin remedio; de otro una vez creado el cardumen el mismo se mantendrá inalterado durante mucho tiempo.
Seguramente los cardúmenes más espectaculares sean los que crean los neones o cardenales en un acuario adecuado. Estos pequeños peces nadan muy juntos moviéndose siempre a la vez y tienen unos colores eléctricos que resaltan especialmente en acuarios levemente tenues y con mucha vegetación de un fuerte color verde. Eso sí, un cardumen de neones no se juntará con uno de cardenales, pese a su similitud física.
Para complementar dicho cardumen podemos introducir uno de peces plateados, también muy bellos, como por ejemplos los tetra de Buenos Aires, o los amarillentos Tetra Limón. Los barbos asiáticos también cran unos preciosos cardúmenes, aunque en estos casos sus movimientos son más anárquicos y menos homogéneos. Otros peces adecuados para este tipo de creaciones son los preciosos serpaes, que crearán un cardumen de tonos rojizos y negros, los espectaculares tetras emperadores, con su elegancia multicolor en el nadar, los peces lápices, con su increíble color amarillo que resalta aun más con sus líneas negras, o los divertidos tetras pingüinos y sus cardúmenes blancos y negros.