En este sentido habrá que respetar los horarios de descanso del perro, pero manteniendo siempre de forma inalterable las horas nocturnas como horas de descanso. Normalmente no hará falta velar por ello, ya que los cachorros suelen ser muy regulares en sus horas de sueño, pero sí puede ocurrir que algunos perros descansen tanto durante el día que en la noche ya no tengan sueño. Para evitar esto lo mejor es jugar con ellos durante un rato antes de irnos a dormir y dejarles solos en sus cunas, con el fin de que caigan agotados. Programar una de sus comidas, suave, para el momento anterior a la noche es también una buena forma de garantizar su descanso.
El sueño del cachorro suele ser bastante profundo y reparador, por lo que no habrá que velar especialmente por su cumplimiento. Pese a todo si vemos que el animal no descansa bien podemos proporcionarle un lugar más oscuro y tranquilo para las noches, cerrando, por ejemplo, las persianas de la habitación donde duerman.
Tienes que tener en cuenta, igualmente, que existen razas que duermen más que otras, fundamentalmente las de perros grandes y pesados. Estas diferencias son menos apreciables en su época de cachorros, aunque también pueden darse diferencias a tan corta edad.
Por último si el lugar donde duerme no es lo suficientemente cálido habrá que proporcionar al cachorro una manta para que pueda taparse y acurrucarse en caso de ser necesario.