Además en estos gatos casi no aparece la problemática de las bolas de pelo o bezoares en su estómago. En el caso de los gatos orientales sin pelo o esfinges resulta evidente que no deberemos preocuparnos por ello, mientras que en los de pelo corto un cepillado enérgico cada cierto tiempo será suficiente para mantener este mal a raya. Por si acaso no está de más proporcionar suplementos de parafina y malta al gato cada quince días, siempre consultando antes al veterinario.
Sus sistema inmunitario es, por lo reseñado anteriormente, muy sólido. Pese a ello habrá que cumplir con un calendario completo habitual de vacunaciones, que serán más abundantes en la época de cachorro y solamente de recordatorio en la época adulta.
Por último los ejemplares de cierta edad pueden desarrollar una cierta tendencia a la obesidad, aunque este mal aparece con menor porcentaje que en otras razas de gato. No obstante es recomendable medir la ingesta calórica en ciertos individuos de edad avanzada, especialmente en aquellos esterilizados, con el fin de prevenir la aparición de este sobrepeso. Primar el pienso seco sobre la comida húmeda y obligarle a hacer ejercicio, por ejemplo mediante juegos, serán las mejores formas de mantener a nuestro gato en peso.