Esta raza adora formar parte de un hogar, responde con total fidelidad a sus amos. El Korat es dulce y paciente, siendo una mascota perfecta para un piso donde hay niños. Es un gran compañero, alcanza una perfecta unión con un solo dueño aunque también quiera a los demás. Es hipersensible y está muy atado a su propietario, clamando amor y atención constantemente.
El maullido del Korat es melodioso y no lo suele utilizar demasiado. Se trata de un gato ágil, activo, con un temperamento fuerte y a la vez sereno, según el entorno. La conducta del Korat dependerá pura y exclusivamente de lo que ocurra en su casa. Si en la vivienda hay ruido o música alta, se comportará en consecuencia. Si por el contrario reina la tranquilidad, el Korat será sereno, a tal punto de no escucharse ni notarse su presencia.
Un Korat como mascota garantiza horas de diversión; debido a su gran paciencia es ideal para los hogares de la ciudad. Es un gato inteligente que regala amor y ternura. Si se busca un compañero fiel, se encontrará en el Korat. Sigue a un solo dueño de la casa, casi siempre el que lo alimenta o juega con él, así como el que le brinda más atención.
El Korat puede ser un poco arisco con las personas que no conoce o que van de visita de vez en cuando. Le gusta estar rodeado de gente que le es familiar. Es sensible a los ruidos fuertes y a los movimientos demasiado bruscos. Es curioso y con el olfato muy desarrollado.
Para expresar sus deseos, como por ejemplo comer, el Korat se enredará en los tobillos del dueño, subirá a sus hombros o hasta “golpeará” despacio el rostro con sus manos.