Provenientes de cauces fluviales del golfo de Guinea, los kribensis presentan un diformismo sexual muy claro, con el macho más grande y esbelto, contando con aletas acabadas en punta y la hembra más coloreada y presentando una mancha púrpura muy intensa en su vientre, que se vuelve aun más evidente en época de cría. El tamaño adulto de estos peces no supera los diez centímetros, por lo que un acuario de 100 litros sería suficiente para mantener a una pareja.
Las condiciones del agua no es especialmente exigentes en esta especie, y bastará con mantener un ph entre 6,5 y 7,5 y una dureza superior a 5 e inferior a 20, con una temperatura de unos 25 grados para conseguir que se desarrollen correctamente. La alimentación es igualmente fácil, y podemos usar la comida comercial como base, adicionando en ocasiones alimento vivo.
La reproducción es, como dijimos, sencillísima. Además los padres cuidarán de la freza intensamente, por lo que incluso en acuarios comunitarios podremos sacar adelante un buen número de alevines. La parada nupcial (que puede ser acelerada con una buena nutrición basada en alimento vivo y subiendo un grado la temperatura del acuario) es espectacular, con la hembra contorsionando su cola ante el macho, ambos plenos de colorido. Tras la puesta ambos padres cuidarán de los alevines, que podrán ser alimentados con artemia durante los primeros días.