El lenguaje corporal del perro – es decir, la posición en la que coloca su cola, cabeza, torso y patas – es su particular manera de explicarnos cuáles son sus sentimientos, y cuál será su conducta en consecuencia a éstos. En definitiva, si queremos saber si nuestra mascota está feliz, tiene miedo, o se siente agresiva, tan sólo tenemos que fijarnos en la postura corporal del perro.
La verdad es que la conducta del perro siempre ha sido uno de los grandes puntos de interés para las personas que conviven con este animal. A algunos les interesa simplemente por sentido práctico, para saber cuál va a ser su comportamiento en un momento dado, y a otros muchos por empatía con su mascota. Y es que conocer cómo se siente es vital para conseguir que su perro sea feliz.
Las principales posturas del perro
Cuando un perro tiene un carácter dominante, recurre a exagerar su postura para intentar impresionarnos. Es decir, pone las orejas y la cola tiesas, y saca pecho hacia afuera. En cambio, la postura corporal de un perro sumiso será completamente al revés: agachado, con la cola tocando prácticamente al suelo, y muchas veces estirado patas arriba, mostrando su barriga.
Los movimientos de la cola son también otro factor a tener en cuenta a la hora de valorar el ánimo de un perro. Un rabo erguido que se mueve lentamente es sinónimo de enfado, mientras que si el animal lo coloca entre sus piernas de atrás, estará mostrando que tiene miedo.
Finalmente, también podemos tener en cuenta que unas orejas en posición erecta indican que el perro nos está escuchando con atención, mientras que cuando las inclina hacia atrás muestra sensaciones tan extremas como placer o miedo.