El principal de estos es que la comida en lata suele tener un mayor contenido calórico que el pienso, por lo que es desaconsejable en animales que practiquen poco ejercicio o que tenga sobrepeso. Además con las latas deberemos de ser (aun más) cuidadosos con respecto a la calidad de los productos que compramos, ya que la comida barata tiene el riesgo de haber sido procesada con materias primas de mala calidad, lo que será perjudicial para nuestro perro e incluso puede resultar peligroso si encontramos en las latas restos como huesos o plumas.
Las latas de comida húmeda también pueden tener otros efectos secundarios, como posibles diarreas derivadas del exceso de líquidos (en estos casos se pueden mezclar con arroz). En el caso de utilizarlas habrá que hacerlo de forma ocasional y siempre quintando la parte proporcional de comida seca que incorporamos con las latas de comida húmeda, para no sobrealimentar a nuestra mascota (incluso un poco más, ya que las latas suelen ser hipocalóricas). Y como siempre un seguimiento veterinario y hacer caso de sus consejos será la mejor forma de asegurarnos de que nuestra mascota estará bien atendida.
Por eso si tenemos problemas con las latas de comida húmeda porque nuestro perro no tolera la comida húmeda, es importante encontrar un pienso que le de a nuestro perro lo esencial para estar nutrido, como el pienso Hills que aporta al perro una óptima alimentación para su desarrollo.