La mastitis en perros aparece después del parto, durante el periodo de lactancia, a excepción de la pseudo gestación (es decir embarazo psicológico). La perra afectada por esta dolencia pierde el apetito, se siente decaída o con depresión, con cuadros febriles, se le acelera el ritmo cardio respiratorio y aparecen algunos trastornos digestivos, como ser vómitos y diarreas.
La mama se pone dura, roja, edematosa y duele al contacto. La producción de tumores en los casos de mastitis en perros parte de la base, puede invadir la mama por completo e incluso extenderse por el tejido cutáneo más próximo. Al presionar sale un líquido seroso o con sangre. Pueden algunas veces aparecer abscesos con pus que cuando está maduro, va eliminando de a poco el ganglio hasta dejar una cavidad rellena con restos de tejido.
Algunas veces, la mastitis en perros degenera en gangrena que pude provocar la muerte de la hembra a los dos o tres días. Esto es muy extraño que se produzca, aunque igualmente vale la pena tenerlo en cuenta.
Además de afectar a la madre, la mastitis en perros tiene una grave incidencia en los cachorros. Esto se debe a que la leche está “contaminada” con los gérmenes patógenos que produjeron la infección o enfermedad, pudiendo provocar la muerte de la cría o en los casos menores, trastornos digestivos y cutáneos. Es preciso tener extremo cuidado apenas se produce el parto, que es cuando hay más riesgo de contagio y cuando los cachorros son más débiles.