En los casos en que observemos que le perro orina demasiado, se fatiga al hacerlo, orina poco, a veces intenta miccionar pero no puede, expulsa orina con sangre o le duele al orinar deberemos llevarle al veterinario, que mediante un análisis de sangre y orina nos podrá indicar qué tipo de mal tiene nuestro perro y cómo atajarlo.
Normalmente se recomienda sacar a orinar al perro cuatro o cinco veces diarias, tras la última de las cuales se le retirará el agua para no beba abundantemente durante la noche y vuelva a tener ganas de miccionar. Cuanta más agua beba el perro más deberá orinar, por lo que si vemos que su sed es inhabitualmente alta o bebe demasiado sin motivos seguramente nos encontrásemos ante una señal de que sus riñones no filtran bien. En esos casos deberemos rendir visita al veterinario, que tras un análisis nos indicará el origen de dicha disfunción y el tratamiento a seguir. En líneas generales el mismo debe incluir durante unos diez días una dieta de alimentos ligeros, como arroz hervido, leche y pescados no grasos, con lo que el problema debería desaparecer sin problemas.
Hay que indicar que los machos orinan con mucha mayor frecuencia de las hembras. Esto es debido a que su micción está condicionada por el cartílago óseo que tienen dentro del pene, y que se activa aunque no tengan ganas de orinar con determinados olores, haciendo que “marquen” con unas pocas gotas muchos lugares.