Para mantener estos cíclidos necesitaremos acuarios generalmente grandes, aunque eso dependerá del pez en cuestión. Unos cien litros serán el mínimo para intentar mantener adecuadamente una pareja (a no ser que sean conchícolas, en cuyo caso harán falta algunos menos) y pueden llegar a los más de 300 si queremos probar con el rey del lago, la impresionante Frontosa.
El fondo será siempre arenoso, siendo ideal a este respecto la arena de sílice, tanto a nivel estético como químico. La decoración estará compuesta por rocas, preferentemente calizas, y conchas, pudiendo incorporar también algunos escondrijos artificiales como cáscara de coco. Las plantas acuáticas apenas aparecen en el Tanganyka, y en general no serán respetadas por los peces.
Los valores químicos del agua son el elemento más importante en este proyecto. Las aguas del Tanganyka, como las de todos los lagos del Valle del Rift, son muy duras, (por encima de quince grados) y un ph de 8. La temperatura será de unos 27 grados, y con estos parámetros se podrán mantener las especies más populares del lago, como los citados Frontosas, los diferentes tipos de Tropheus, los Julidochromis o los Brichardi. Eso sí, piensa que todos ellos son peces muy territoriales, por lo que acertar con la cantidad es vital para no sufrir bajas indeseadas.