Evidentemente hablar de razas peligrosas de forma genérica es algo bastante laxo. Ninguna raza es peligrosa de por sí, ya que ninguna raza crea toda una serie de animales agresivos. Sí que pueden serlo potencialmente, igual que todos los perros, pero no por naturaleza. Lo que diferencia a estas razas es que sus ataques pueden llegar a ser demoledores debido a sus características físicas antes reseñadas. Pero hay que insistir en que no habrá perros agresivos sino dueños agresivos.
Precisamente en este punto, en el de la educación que puedan tener los dueños con sus mascotas, es en el que más hay que incidir. Un perro tratado con cariño y bien educado puede tener algún ataque violento (provocado por sentirse amenazado por un dolor repentino, como un pisotón, por ejemplo), pero en modo alguno será la tónica. En cambio un animal criado para el ataque será más agresivo y puede representar un peligro.
Correas fuertes y bozales son de especial importancia en este tipo de razas de perros, que además exigen por parte de las autoridades estar dados de alta en un registro de animales potencialmente peligrosos.