Hoy esa incertidumbre ha desaparecido, especialmente por la extensión de dos elementos: el chip subcutáneo obligatorio para mascotas y los seguros para perros.
Los seguros para perros normalmente tienen dos vías fundamentales: el seguro frente a terceros, que es aquel que cubre las contingencias y daños que el perro haya podido provocar a terceras personas, y el seguro que cubre propiamente al animal. Ejemplos de esta última cobertura son los gastos veterinarios, las coberturas en caso de robo y extravío y el servicio de orientación veterinaria en su caso.
Pero además existe la posibilidad de hacer un seguro de vida a nuestra mascota. Esto se hace, sobre todo, en animales especialmente valiosos, pensados para concursos o de razas extrañas, cuya pérdida, además del lógico trastorno emocional, puede llegar a provocar un serio problema económico. Pensemos, por ejemplo, en un perro de raza afgana de buen pedigree y que haya sido adoptado con la intenci importante realizar un completo estudio de mercado. o de estos sersadas mimales, y las que lo ofertan no siempre lo hacen en coón de coinvertirlo en semental. En esos casos la muerta accidental o súbita del animal supone un serio trastorno económico para su dueño.
No todas las aseguradoras disponen de este tipo de seguros de vida para animales, y las que lo ofertan no siempre lo hacen en concomitancia con las otras coberturas expresadas más arriba. Por ello antes de lanzarse a hacer un seguro de estos será importante realizar un completo estudio de mercado.