En los animales de compañía, es vital erradicarla lo antes posible, ya que los perros están en contacto con las personas continuamente. La tuberculosis perros puede ser pulmonar o gastrointestinal. Ellos pueden contraer la infección por estar cerca de otros animales enfermos, por comer carne de vaca infectada o por cercanía a una granja. También, los perros son susceptibles a la tuberculosis por ingerir leche cruda y vísceras. Se ha comprobado que aquellos que viven con personas infectadas albergan el agente etológico en su faringe pero sin presentar lesiones. Otra alternativa para el contagio son las heridas o por vías conjuntivas (ojos).
El contagio más frecuente de la tuberculosis perros es la respiratoria y la posibilidad de enfermarse dependerá de variados factores, como ser su sistema inmune, si tiene sobrepeso, si duerme a la intemperie, si no está bien alimentado, etc.
El diagnóstico de la tuberculosis perros no es simple, ya que durante las primeras fases puede desarrollarse de forma asintomática (sin síntomas). Además, los signos clínicos son un tanto inespecíficos, ya que las lesiones internas pueden confundirse con otros trastornos. El método más adecuado para saber si el perro tiene tuberculosis es mediante un hisopado y cultivo bacteriológico.
La tuberculosis es considerada una de las mayores enfermedades perros, está incluida en las inmunosupresoras y cada vez se presentan más casos de animales infectados, con cepas resistentes a los antibióticos, sobre todo cuando no se lo trata a tiempo.