El destete se produce entre las 8 y las 14 semanas de vida, momento en que podemos empezar el plan de vacunación. La segunda dosis se pone unas 4 semanas después de haber administrado la primera vacuna.
Actualmente en la península Ibérica solo hay una vacuna que se aconseje poner a todos los gatos, ya sean caseros o vivan en el exterior. Se trata de la trivalente felina, que protege contra la rinotraqueitis felina (Herpesvirus tipo I), la coriza felina (Calcivirus) y la panleucopenia felina (Parvovirus). Además, en algunas comunidades autónomas es también obligatoria la vacuna contra la rabia. Es una vacuna muy aconsejable de poner ya que nos protege tanto a nosotros como a nuestro gato.
Las otras vacunas posibles que existen se corresponden con enfermedades menos generalizadas. Antes de administrarlas indiscriminadamente, debemos consultar con nuestro veterinario para que nos aconseje sobre las ventajas y desventajas de cada una. La decisión de si poner o no una determinada vacuna está condicionado básicamente por el tipo de vida que lleve nuestro gato y el entorno por el que se mueva. Por ejemplo, si suele tener contacto con otros gatos, es muy aconsejable vacunarlo contra la leucemia felina, ya que es una enfermedad muy grave que no tiene tratamiento.
En cualquier caso, debemos consultar siempre a un veterinario de confianza y tener presente que debemos elegir las vacunas en función de los peligros potenciales a los que esté expuesto nuestro gato.