Además, es un perro que no precisa de demasiado ejercicio físico diario, por lo que una caminata por las tardes o las mañanas bastará. En cuanto a su cuidado, el pelo es largo y duro, necesitará de cepillado todos los días.
No precisa de baños periódicos, sino una vez al mes o mes y medio. Pueden llegar a sufrir de erupciones en la piel o resequedad si se los higieniza muy a menudo. Si vive en un piso, no habrá problemas en este punto.
El West Highland Terrier tiene una buena conducta y un excelente comportamiento si se lo socializa y adiestra desde pequeño. Logrará además ser más equilibrado, tranquilo y amigable.
La convivencia con las personas del hogar será maravillosa. Tener en cuenta que no le gustan los extraños y comenzará a ladrar furiosamente cuando escuche a alguien que se acerque a su casa o sus dueños.
Cuando se lo saca a pasear, siempre llevarlo atado, ya que su espíritu de cazador hará que salga corriendo a gran velocidad para atrapar a algún animal pequeño (como un gato, por ejemplo).
El West Highland Terrier es muy enérgico y cuando es cachorro es probable que se la pase jugando y requiera de atención para ello. A medida que va creciendo esto disminuye un poco (sin desaparecer).
Además son muy valientes, no le tienen miedo a nada. Por ello es que se dice que es un perro grande dentro de un cuerpo de perro pequeño, porque muchas veces no tiene en cuenta su tamaño y le hace frente a razas enormes.
El West Highland Terrier es el perro ideal para tener como mascota en un piso en la ciudad, no precisa de mucho ejercicio, es bueno y cariñoso con niños y ancianos y no requiere de demasiados cuidados sanitarios o médicos.